Pueblo marinero donde las tradiciones se mezclan con el olor del mar. Envuélvete entre sus calles y sus gentes y déjate sorprender por el horizonte del Mar Cantábrico. Su lonja de pescadores, las almenas, fortificación defensiva a la entrada del Puerto, el paseo del Baluarte, bordeando el mar.
El Mirador de la Riva, que nos recuerda los tiempos balleneros. El campo de la Atalaya con su Ermita Blanca, refugio de la Virgen de la Atalaya que guía a las lanchas al entrar a puerto para vender su faena al atardecer. Museo Etnográfico Juan Pérez Villamil homenaje a la vida marinera y campesina.